Al
igual que el proyecto "Manhattan" para Estados Unidos y el proyecto
"Borodin" para la Unión soviética, el proyecto "Uranio" es
el nombre con el que se conoce a los trabajos desarrollados por la Alemania
Nazi para el uso de la energía para la fabricación de un arma.
Comenzó
meses después de que en 1.938 el científico alemán Otto Hahn descubriera que
era posible la fisión nuclear, hallazgo corroborado en Suecia por la Doctora
Lise Meitner y el sobrino de ésta Otto Frisch.
El proyecto fue encargado a los doctores Kurt
Diebner y Erich Bagge. El primero fundó el Instituto de Física Kaiser Wilheim y
llamó al doctor Otto Hahn y a otros científicos para que se incorporaran al
programa. A lo largo de la guerra se crearon tres equipos de investigación, uno
en los laboratorios de Berlín, otro en Leipzig, y un tercero conformado por
personal de la Luftwaffe en Berlín-Gattow.
Durante
la guerra, lo aliados, avisados del extremo peligro que representaba la
investigación nuclear, destruyeron varias veces las plantas de "agua
pesada" (elemento necesario para la fabricación de armas nucleares) de los
nazis, y llegaron a organizar misiones de comandos destinados a hundir el
último cargamento de "agua pesada" que había escapado a la
destrucción de un bombardeo.
Con todo ello los progresos en el desarrollo del
arma nuclear nazi eran muy lentos y la Wehrmacht exigía mejores resultados
considerando que el dinero que se gastaba en esa investigación era necesario
para otros proyectos de armamento que sí estaban produciendo resultados
inmediatos, como los cohetes y el motor a reacción.
En
1942 un prototipo de reactor nuclear explotó, no obstante Albert Speer fue
convencido por los científicos para mantener el proyecto, a pesar de la
economía de guerra entonces impuesta por el mismo
Pese
a los esfuerzos los trabajos no avanzaban y los bomdardeos aliados hacían
peligrar las instalaciones del proyecto, viéndose obligados a mudar los
laboratorios a lugares más seguros.
Más por desesperación, que por creer
en el proyecto, Hitler tenía la esperanza que pronto surgiera un arma
maravillosa y salvadora del Proyecto Uranio.
Al acercarse
el final de la guerra con un presupuesto muy reducido se establecieron en los
sótanos de una iglesia en Haigerloch, en especial como precaución para no caer
en manos de los rusos que se acercaban peligrosamente a Berlín. De hecho, una
de las prioridades de los soviéticos, durante la batalla de Berlín era
asegurarse la obtención del uranio que había en los laboratorios y la captura de los científicos alemanes.
Finalmente, al caer Berlín
algunos científicos y parte del material nuclear fue capturado por los rusos,
si bien numerosos científicos alemanes
del proyecto Uranio, entre ellos Otto Hahn, fueron detenidos por los aliados
occidentales y gran parte del Uranio-235 fue enviado a Estados Unidos.
El fracaso e programa nuclear nazi obedeció a múltiples
razones. Al principio de la guerra los alemanes tenían ventaja en la física
nuclear (Alemania había descubierto la fisión nuclear). Sin embargo, en parte,
la propia política nazi favoreció su derrota en cuanto que muchos científicos
europeos de la época eran judíos, tenían antecedentes judíos o los tenían sus
cónyuges. Así que muchos de ellos huyeron y acabaron trabajando en el proyecto
nuclear estadounidense.
En una entrevista concedida en 1967 por el físico alemán,
premio nobel en 1932, Werner Heisenberg, dijo que:
"Ya al
principio, sospechamos que si era realmente posible hacer explosivos
[atómicos], tomaría tanto tiempo y requeriría un esfuerzo tan enorme que había
una muy buena probabilidad de que la guerra terminase antes de lograrlo.
Cuando tuvimos
éxito en el experimento L-4, cuando supimos que podíamos hacer reactores y,
gracias al trabajo de Weizsacker, que así se podía hacer plutonio o algo
parecido, supimos que en principio éramos capaces de crear bombas atómicas.
Pero aún así
no hicimos ningún esfuerzo serio en ese dirección. Hablemos en serio: si
queríamos fabricar el agua pesada necesaria, nos costaría de uno a tres años
conseguir suficiente cantidad. Producir plutonio bastante se tomaría otros tres
años. Así que, con la mejor conciencia del mundo, le dijimos al gobierno: “no
será posible hacer una bomba hasta al menos dentro de cinco años.”
Ya sabíamos
que prohibirían cualquier nuevo desarrollo que no pudiera usarse durante el año
siguiente o así. Estaba claro que iban a decir: “¡No, no! ¡No dediquemos
esfuerzos a la bomba atómica!”. Y eso fue lo que pasó."
ROMÁN
MARZAL SORLÍ
4º-A
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