miércoles, 24 de marzo de 2010

LA ALIMENTACIÓN DURANTE LA GUERRA CIVIL

Procurarse alimentos que echarse a la boca fue quizás la máxima preocupación para las personas de la época en una guerra caracterizada por la pobreza. Incluso se arriesgaba la vida si era preciso, en el momento en el que se vislumbraba la ocasión de poderte llevar algo a la boca.

Testimonios de personas, señalan que la mayoría de los voluntarios del ejército frentepopulista se alistaban por motivos de hambre. Y que los que mejor comían, eran los generales de Franco.

Las necesidades alimenticias eran cubiertas con más holgura en las zonas rurales que en las urbes. En los pueblos labradores, no se pasó hambre, se comía lo que se cultivaba. También contaban con distintos animales, tales como cerdos, gallinas…

En ocasiones no bastaba con disponer de tierras propias para solventar el problema de la escasez de alimentos, algunas familias tuvieron que recurrir durante la guerra exclusivamente a las cartillas de racionamiento, ya que sus tierras de labranza habían caído en pleno frente de batalla y estaban minadas.

Los problemas de abastecimiento eran contrarestados con los alimentos que se encargaban de traer contrabandistas desde Portugal. Otras personas, acudían a comedores de caridad.

En algunos puntos del país, se sufrió la represión de los adversarios ideológicos, cuando iban a por comida, y acusaban a una familia de ser de otra ideología, la mandaban al final de la cola, y nunca quedaba nada cuando volvían al principio.

De los testimonios se desprende que las penurias alimenticias fueron mayores en zona republicana, intensificándose conforme el curso de la guerra se decantaba progresivamente más a favor de los partidarios de Franco.

Jonathan Álvarez-Aitor Llopis
4º TMI

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