martes, 20 de noviembre de 2012
jueves, 15 de noviembre de 2012
LUIS XVI DE FRANCIA
Nació
como Luis Augusto de Francia en Versalles, el 23 de agosto de 1.754 y moriría
en Paris el 21 de enero de 1.793. En el momento de su nacimiento, su padre Luis
Fernando y su hermano Luis José Javier le precedían en la línea de sucesión de
su abuelo Luis XV.
Sin
embargo, tras la muerte de su hermano y su padre, en 1.765 se convirtió en el
heredero (Delfín) al trono de Francia.
Recibió
una exquisita enseñanza, dominando varios idiomas (latín, italiano, alemán e
inglés), siendo instruido en lógica, gramática, retórica, geometría y
astronomía, adquiriendo unos grandes conocimientos históricos y geográficos
(diseño él mismo un atlas), y también económicos.
Se
le consideraría un "monarca iluminado", estando muy influenciado por
Montesquieu, que le inspiró la concepción moderna de la monarquía alejada del
"derecho divino" que había fundamentado la monarquía absoluta.
Siguiendo
la política de alianzas del momento, en 1.770 se casó con la que sería su única
esposa, María Antonieta de Austria, para aliar a ese País con Francia y hacer
frente a Gran Bretaña y Rusia. De dicho matrimonio nacerían cuatro hijos.
En
1.774, después de la muerte de Luis XV, ascendió al trono de Francia, y ese
mismo año inició sus intentos por realizar reformas en el Estado, tanto a nivel
económico como institucional, que marcarían su reinado, restaurando los "Parlamentos"
que habían sido abolidos por su abuelo. Asimismo, trató de mejorar la justicia,
liberando a un gran número de personas encarceladas por razón de Estado, y abolió
la tortura. También, entre otras medidas, liberó a los últimos siervos del
reino, intentando acabar con los vestigios del sistema feudal.
Sin
embargo, dichas reformas se toparon con la dura oposición de la nobleza y el
alto clero, que se negaron abiertamente a las mismas, encontrándose, además,
con un importante déficit de las arcas públicas, todo lo cual impediría que
muchas de sus reformas se llevaran a término. En política exterior tuvo más
éxito, consiguiendo mantener la paz en Europa y debilitar a su mayor enemigo,
Inglaterra, aliándose con las colonias americanas durante la guerra de la
independencia americana.
En
el intento de sacar adelante las reformas que pretendía Luis XVI, se convocaron
los Estados Generales que debían aprobarlas. En 1789 se reunieron los Estados
Generales en Versalles. El Tercer Estado entró rápidamente en oposición con los
otros dos, llegando a autoproclamarse "Asamblea Nacional",
reuniéndose el 20 de junio en la Sala de la Pelota, jurando no disolverse hasta
que Francia tuviera una constitución. El 14 de julio se produjo la toma de la
Bastilla por el pueblo de París.
El
rey cedió ante la Asamblea, si bien, viendo lo disminuida que quedaba su
autoridad y su desacuerdo con las leyes y reformas que aprobaba la Asamblea,
conspiró para eliminar a los revolucionarios del poder.
Procuró
conseguir el apoyo de las cortes europeas para sofocar la revolución y en 1.791
intentó huir de Francia para unirse a un ejército afín, pero fue detenido en
Varennes, llevado de vuelta a Paris y suspendido de sus funciones, aunque sería
repuesto en las mismas al firmar la constitución de 1.791.
En
1.792 los sans culotte asaltaron el
Palacio de las Tullerías donde residía el rey, lo arrestaron, siendo
posteriormente procesado y sentenciado por la "Convención" a la
guillotina, ejecución que tuvo lugar el 21 de enero de 1.793.
ROMÁN MARZAL SORLÍ
4 A
viernes, 9 de noviembre de 2012
CHARLOTTE CORDAY Y JEAN-PAUL MARAT
Charlotte Corday
nació en 1768, por lo que tenía 25 años durante
la época del TERROR.
Principio del
formulario
Charlotte Corday.
El año 1793, el
Rey Luis XVI había sido guillotinado, gracias a las presiones de Marat,
miembro destacado de la facción más extremista de la revolución, quien era
amado por los sectores más humildes como detestado por la aristocracia y la
burguesía a la que atacaba desde su periódico.
Corday, desde una edad temprana había sentido admiración por el movimiento
girondino, más conservador y orientado hacia una monarquía. Es por tanto que veía
en Marat, quien en esos momentos triunfaba en París, a uno del los líderes
jacobinos.
Marat, por su parte, disfrutaba de pleno reconocimiento y sólo una molesta enfermedad de la piel que le
causaba grandes picores que solamente podía calmar sumergiéndose en una bañera
con infusiones, parecía enturbiar su situación. Es desde esa bañera,
donde Marat escribía la mayoría de artículos que solía publicar en su periódico
"L'Ami du peuple".
El 13 de Julio de 1793, Marat recibió dos cartas de Corday, en las cuales
afirmaba ser una mensajera con información de la gente que era
antirrevolucionaria. Sin embargo, la
falta de respuesta por falta de éste provocaron que Corday se personara
finalmente en su domicilio.
Marat era tan liberal que decía que lo suyo era de todos y dejaba la puerta de
su domicilio abierta. La mujer autora de las cartas se encontraba en su casa,
ella lo encontró tomando uno de sus frecuentes baños.
Marat rápidamente tomó papel y pluma y se dispuso a anotar los nombres de los
girondinos contrarrevolucionarios prometiendo
que serían guillotinados al día siguiente.
Fue en ese momento, cuando Charlotte, sacó de entre sus ropas un cuchillo que
acababa de comprar en una tienda de al lado y se lo clavó a Marat con desmesurada fuerza en el pecho. La
puñalada fue tan certera que Marat falleció casi en el acto.
Corday fue apresada poco tiempo después, y
guillotinada el 17 de Julio, tan solo 4
días más tarde del asesinato.
La Muerte de Marat, obra de Jacques-Louis David. |
En lo que respecta a Marat, su
asesinato le elevó a la categoría de mártir entre las capas más pobres
de la sociedad y provocó la ejecución de numerosos cargos girondinos acusados
de traición. De este modo su poder, pese a estar muerto aumentó logrando así
más que con sus numerosos artículos.
Más allá de las repercusiones históricas, la ejecución de Charlotte tuvo una
curiosa consecuencia. Se cuenta que tras ser guillotinada, el auxiliar del
verdugo tomó la cabeza de Corday y como muestra de desprecio le propinó una
bofetada.
ANDREU CORNELLES CASTELL 4ºA
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